¿Es posible que vayamos de
autosuficientes por la vida y cuando nos encomiendan algo que entraña un mínimo
de compromiso nos entre el canguelo? Ya lo creo.
Si hace unos años me
hubieran dicho que yo iba a llevar la formación de un grupo de jóvenes
cristianos, hubiera dicho: sí claro, y qué más!? No porque yo no confiara en
ellos, sino porque no confiaba en mí para tal empresa. ¡Pero si
la que necesita formación soy yo! (me dije). Después te das cuenta de que
has de estar siempre en continua formación así que esa excusa deja de servirte.
Buscas otras posibles pero no cuelan Toca dejar de huir!
Por qué les llamamos razones
si realmente es Miedo? Probablemente, esa ha sido la excusa de muchos de
nosotros durante mucho tiempo. Sí, miedo a no saber responder, miedo a no estoy
preparada, a no ser un buen referente… Ni que estuviéramos solos!
Si después me hubieran dicho
que ese grupo de jóvenes iba a ser parte insustituible de mi vida hubiera
dicho: - hombre no será para tanto! Pero así es!
Son siete, entre 18 y 24
años y me llevan de calle. Lloro con ellos, río con ellos, nos abrazamos, nos
buscamos y nos acompañamos para crecer. Son del Señor y en sus manos los pongo cada
vez que me rompen los esquemas. ¿Es siempre correcto cumplir los horarios
planificados, las reuniones preparadas y las oraciones convencionales? Yo he
optado por dejarme llevar, por no desanimarme cuando no vienen a la reunión,
por posponer el tema preparado porque una necesidad ha surgido a tratar en la
oración. Ellos me han enseñado a tener siempre presente el factor sorpresa. Son
siete y cuentan como 7 veces 7. Cuatro de ellos son aspirantes a Mies y los
otros tres en camino. Trabajando para formar una comunidad de fe mies. Algunos
son hijos de padres mies y ya saben de qué va esto, pero otros no, esos vienen
atraídos por sus amigos, por nuestras actividades y Dios sabrá, porque yo
admiro su interés y voluntad de ir contracorriente y permanecer en Él. Tenemos
grupo de correo y un grupo de Whatsapp que se llama: “Cristianos?
Claro! xq no?” en él se
cuidan, nos cuidamos, estamos en contacto. Nos convocamos, nos saludamos y nos
apoyamos. Se buscan y se encuentran.
La palabra es
contracorriente. Todo sería mucho más fácil para ellos si la sociedad no fuera
tan crítica con las opciones de vida de los demás ni tan ligera en etiquetar.
Mis churris, como yo los llamo, me dan lecciones cada día. Su actitud es una
rara mezcla de esperanza, ganas de disfrutar y una rebeldía propia de la edad. Pero
el NO por
respuesta deja paso al Qué hay que hacer? Cada vez más disponibles, más
comprometidos. Tienen muchos defectos, quién no, pero y sus virtudes? Tienen la
capacidad de nadar contra la corriente de una sociedad desesperanzada e
incrédula, de contagiar sus risas, sus ilusiones y sus sueños. Se comprometen a
una reunión semanal todos los viernes y después de fiesta. Pero eso sí, rezaos!
Trabajamos el tema de formación que toque, revisamos y compartimos vida. Además,
ofrecen su tiempo en catequesis, postcomunión, campamentos de verano.
Participan de encuentros mies, diocesanos y lo compaginan con estudiar sus
carreras, trabajar de lunes a viernes y cuidar sus amistades. Lo que yo te
diga, unos héroes! Tienen sus dudas, sus crisis. Y benditas crisis porque nos
cuestionan a todos y nos ayudan a ponernos las pilas juntos.
Una vez, en una oración,
compartiendo todo esto, una de ellas dijo: - es que yo
no sé como hay gente que no cree en Dios, si creer en Dios mola que te cagas.
Si es una pasada. Es que Dios es… es… es
lo más!
Ante eso qué puedo decir yo?
Si lo tienen tan claro a mí sólo me resta que dar gracias a Dios por hacerse el
encontradizo, llamar a sus puertas y que ellos abrieran.
Magda – Responsable del Grupo de Jóvenes Mies
de Alicante.
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